Oh sí, ya lo creo que la recuerdo, ahora
la hecho de menos pero en su momento la consideraba como una mezcla de insoportable
y encantadora, me daba ganas de saltar por la ventana y salir volando, siempre
fue así de alegre, incluso cuando estaba enferma nunca, perdía la sonrisa, y
aquello precisamente era lo que más me gustaba de ella.
Recuerdo que una vez intenté enojarla,
probé todo tipo de mentiras pero creo que no sonaba muy convincente, desde
luego era un gran embustero pero todo maestro tiene su punto débil, y tu
abuela era el mío. Cuando se cansó de mis tonterías, soltó una frase que hizo
estremecer todo mi mundo: “no voy a permitir que nadie me arrebate
una de las pocas virtudes que tengo en la vida, si para mantenerla tengo que
dejarte, no dudaré en hacerlo, así que esta es tu última oportunidad para ser
feliz en tu vida”. Obviamente, fue mucho más aterrador en persona, ya que
estaba, y sigo estando, locamente enamorado, solo con imaginar que podría
perderla por semejante comportamiento, sentí que una parte de mí se perdía en algún lugar del universo, desde
entonces, dediqué mi vida a mantener aquella luz brillando para siempre.
Incluso el día en el que se fue, tenía una
sonrisa dibujada en sus labios… realmente lo pasé mal, muy mal, después de 70
años vi la oscuridad de mi alrededor, todo parecía triste y apagado, los
objetos reflejaban lo que eran, simples objetos, no fui consciente de todo
aquello hasta que ella se llevó mi alegría, de todos modos le pertenecía y no
podía negárselo, pero lo hizo por una buena razón. A los pocos meses naciste
tú, y cuando te tomé entre mis brazos por primera vez, sonreíste, desde el
mismo momento en el que viniste al mundo, entonces supe que se marchó para darte lo que más valoraba y lo que daría color a mi vida de nuevo, hoy hace 8 años de
aquel día y cada vez te pareces más y más a ella. Esta es la razón por la que al verte cada día
lloro de alegría, sigue viva dentro de ti, en tu sonrisa.
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